Autism Friendly Club: Un proyecto global para un mundo más inclusivo

Alberto Gutiérrez Pozuelo hablando sobre Autism Friendly Club Global en una presentación.
Alberto Gutiérrez Pozuelo en presentación sobre Autism Friendly Club Global.

Alberto Gutiérrez Pozuelo, presidente de Autism Friendly Club Global, tiene una misión clara: hacer que el mundo sea más accesible para las personas con autismo. Desde su creación en 2019, la organización ha buscado transformar espacios cotidianos en entornos amigables para quienes perciben el mundo de manera diferente. La inspiración de Alberto surgió de su participación en escuelas para familias con miembros autistas, donde escuchaba a menudo que «no podemos ir a restaurantes, tiendas o hoteles porque nos sentimos juzgados». Esa realidad fue el motor para fundar Autism Friendly Club.

El proyecto, que comenzó en el sector del ocio y la restauración, ha crecido rápidamente y ahora se enfoca también en establecimientos más cotidianos como peluquerías, farmacias y clínicas dentales. “En la actualidad, contamos con más de 600 establecimientos que han implantado el Programa Autism Friendly”, comenta Gutiérrez. Los establecimientos que logran la certificación deben cumplir con una serie de requisitos, entre ellos la incorporación de sistemas de comunicación aumentativa y la formación de al menos el 70% de su personal. “Lo que validamos es la implantación del programa, que tiene como pilar la adaptación de los espacios, no cambiar a las personas”, explica Gutiérrez.

El impacto ha sido significativo tanto para las personas con autismo como para los propios establecimientos. “Recibimos correos de familias que nos dicen ‘por fin puedo ir a este sitio’», relata Gutiérrez. A la vez, los establecimientos descubren nuevos mercados y fidelizan tanto a clientes como a empleados, algunos de los cuales son autistas o tienen familiares dentro del espectro. Para Gutiérrez, este tipo de iniciativas «tiene que ver con una cuestión de derechos, igualdad y oportunidad».

A pesar de los logros, Gutiérrez reconoce que el camino no ha estado exento de desafíos. El principal ha sido llevar el autismo a sectores que no estaban familiarizados con esta realidad. “Recuerdo la primera vez que llegamos a un hotel y le dijimos a la dirección: ‘Su hotel no está adaptado para personas en el espectro del autismo’. La pedagogía ha sido clave para avanzar”, añade.

Autism Friendly Club ya ha cruzado fronteras y está presente en países como EE.UU., Argentina, México y Colombia, con planes de expansión hacia Brasil y otros países europeos. “Estamos trabajando en un proyecto financiado por la Unión Europea en Suecia, en colaboración con la Universidad de Folkuniversitet”, menciona con entusiasmo. El futuro del club pasa por consolidarse como referente en Europa y continuar abarcando otras realidades neurodivergentes, como el TDAH y la dislexia.

Al final de la entrevista, Gutiérrez ofrece un mensaje claro tanto para las empresas como para los turistas: “La neurodiversidad ha venido para quedarse y debe ser primordial respetarla”. En un mundo cada vez más diverso, iniciativas como Autism Friendly Club son esenciales para garantizar que todos puedan disfrutar de los mismos espacios y oportunidades.

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